La Cuaresma
La Cuaresma
Cada vez que pecamos, nos lastimamos a nosotros mismos, a otras personas y a Dios. El Sacramento de la Reconciliación (también llamado Penitencia o Confesión) nos fue dado por Cristo para ayudarnos a reconciliarnos con Cristo y su Iglesia cuando hemos cometido algún daño.A través del Sacramento, reconocemos nuestros pecados, expresamos nuestro dolor de una manera significativa, recibimos el perdón de Cristo y de su Iglesia, hacemos reparación por lo que hemos hecho y resolvemos hacerlo mejor en el futuro.
Durante su vida pública, Jesús perdonó los pecados y reintegró a los pecadores a la comunidad. Este es el objetivo del Sacramento de la Confesión: perdonar los pecados y reconciliarse con la Iglesia. El Sacramento de la Penitencia y Reconciliación consta de cuatro partes: contrición, confesión, penitencia y absolución.
- Contrición: dolor sincero por haber ofendido a Dios y por el acto más importante del penitente. No puede haber perdón de pecado si no tenemos dolor y una firme resolución de no repetir nuestro pecado.
- Confesión: confrontar nuestros pecados de una manera profunda a Dios hablando de ellos -en voz alta- a un sacerdote.
- Penitencia: una parte importante de nuestra sanación es la "penitencia" impuesta en reparación por nuestros pecados.
- Absolución: el sacerdote imparte las palabras que reconcilian al pecador con Dios por los méritos de la Cruz.
Cualquiera de estos está bien. El rito litúrgico se llama oficialmente el Rito de la Penitencia y la Reconciliación. El Catecismo de la Iglesia Católica señala que el Sacramento es conocido por muchos nombres:
- "...el sacramento de la conversión porque hace sacramentalmente presente el llamado de Jesús a la conversión, el primer paso para volver al Padre del que uno se ha desviado por el pecado" (CIC n. 1423).
- "...el sacramento de la Penitencia, ya que consagra los pasos personales y eclesiales de conversión, penitencia y satisfacción del pecador cristiano" (CIC, n. 1423).
- "...el sacramento de la confesión, ya que la revelación o confesión de los pecados a un sacerdote es un elemento esencial de este sacramento. En un sentido profundo es también una'confesión' -reconocimiento y alabanza- de la santidad de Dios y de su misericordia hacia el hombre pecador" (CIC, n. 1424).
- "...el sacramento del perdón, ya que por la absolución sacramental del sacerdote Dios concede al penitente'perdón y paz'" (CIC n. 1424).
- "...el sacramento de la Reconciliación, porque imparte al pecador el amor de Dios que reconcilia: "Reconcíliate con Dios". El que vive por el amor misericordioso de Dios está dispuesto a responder a la llamada del Señor: Id, y reconciliaros primero con vuestro hermano" (CIC n. 1424).
Como señala el Catecismo de la Iglesia Católica, nuestra fe en el perdón de los pecados está ligada a la fe en el Espíritu Santo y en la Iglesia: "Fue cuando dio el Espíritu Santo a sus apóstoles que Cristo resucitado les confirió su propio poder divino para perdonar pecados: `Recibir el Espíritu Santo. Si perdonáis los pecados de alguno, os son perdonados; si retenéis los pecados de alguno, os son retenidos" (976; cf. Juan 20:22-23).
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